Buenas noches, y buena suerte es una película dramática estadounidense dirigida
en 2005 por George Clooney, a partir de un guion propio y
de Grant Heslov.
Ambientada en Estados Unidos durante los años 50, narra el conflicto entre el
periodista Edward R. Murrow y el senador Joseph
McCarthy. El título (Good night and good luck) hace. La película tuvo
seis nominaciones a los Óscars,
otras seis a los Premios BAFTA y cuatro a los Globos de Oro.
La película
tiene lugar en 1953 durante los primeros tiempos del periodismo televisivo de
difusión. Edward R. Murrow (David
Strathairn) y su personal - encabezado por su co-productor Fred
Friendly (George Clooney) y el periodista Joseph Wershba
(Robert Downey Jr.) en la sala de noticias de la
CBS - desafían las
presiones corporativas, patrocinios, y desacreditan las tácticas utilizadas por
Joseph
McCarthy, el senador, durante
su cruzada
para acabar con elementos comunistas en el gobierno.
Buenas noches, y buena suerte es una película que
apuesta por el cine político, en una crítica que reclama unos medios de
comunicación capaces de enfrentarse a cualquier corrupción del sistema sin
someterse a las presiones de las grandes corporaciones sobre la libertad de
expresión ni el de los gobiernos.
Combinando con habilidad ficción y material de
archivo real, George Clooney, actor y director, ha realizado una
película a partir de la cual se puede ver al periodismo como un cuarto poder e
instrumento de denuncia de la época a la que se refiere la acción del film,
pero que puede entroncar directamente con la situación en nuestros días. Esto nos hace reflexionar sobre la teoría de la aguja
hipodérmica o la bala mágica de Lasswell un modelo de comunicación que sugiere
que un mensaje con destino específico es directamente recibido y aceptado en su
totalidad por el receptor.
En un discurso, Murrow expone las miserias del periodismo, aludiendo
al deterioro de la televisión como medio informativo, y del sometimiento a la
publicidad y a la preeminencia del espectáculo y el entretenimiento. Arremete,
con el estilo insobornable e implacable que le caracterizaba, contra la deriva
que empezaba a observar en la televisión, medio que ya en aquella época –1958–
estaba desplazando los programas de debate, investigación y análisis de la
actualidad política y nacional a favor de los incipientes «quiz shows» o
concursos televisivos.
El guión, escrito por
el propio Clooney, junto a Grant Heslov, pone énfasis continuamente en la forma
en la que el equipo de Murrow selecciona los materiales que muestra y en cómo
los muestra. Hay una profunda e interesante reflexión sobre el ejercicio de
informar, sobre la imposibilidad de la neutralidad, ya que nos muestran que
todo lleva siempre implícito un posicionamiento, sea político, ético o
ideológico.
Otro elemento interesante es cómo se nos enseña la metodología de
trabajo de aquellos periodistas en la televisión, el equipo que forman, cómo se
reparten las tareas, el caos aparente que hay antes de cada emisión, cómo
Friendly le da paso a Murrow o el tira y afloja que mantienen con William Paley
(Frank Langella), el dueño de la CBS. Son un conjunto de detalles que
culmina cuando todo el grupo se reúne en el bar y comprobar qué efecto han
tenido sus polémicas emisiones en el resto de la prensa.
Conclusión
En conclusión podríamos
decir que la película, a pesar de estar ambientada en los años 50 podría pasar
perfectamente por la época actual, ya que todo lo que ocurre, ocurre también en
nuestra época.
Al igual que en la
película, observamos como se ha producido una degradación de los medios de
comunicación, dejando de lado dos de sus funciones principales (informar y
formar) y centrándose en su función más básica (entretener). De esta manera,
estamos en la era de la telebasura y de los programas centrados en la vida privada
de personajes públicos, buscando el morbo y rebajándose a cualquier lugar, sin
importarles el contenido con tal de obtener la mayor audiencia posible y los
mayores beneficios.




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